¡Tu peque se chupará los dedos con esta deliciosa crema! Al sabor suave de la zanahoria, rica en fósforo y con aporte de vitamina C y E, le añadiremos otros vegetales como calabacín y puerro, estimulantes del sistema inmunitario.
Condimentaremos esta mezcla con cúrcuma, para completarla con sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Cómo hacer crema de zanahoria y cúrcuma
- Retira los extremos del puerro, lávalo en abundante agua y trocéalo.
- Pela el calabacín y las zanahorias, lávalos y trocea todo en pequeños trozos.
- Cubre el fondo de una olla con aceite de oliva virgen extra y ponla a calentar a fuego medio.
- Añade el puerro y, cuando comience a dorarse, echa el calabacín y las zanahorias.
- Añade la cucharilla de cúrcuma y remueve bien para asegurarte de que todos los vegetales se impregnen.
- Transcurridos unos 10 minutos sin dejar de remover, cubre la mezcla con agua. Trata de que la altura del agua no sea muy superior a la de las verduras.
- Pasados 15-20 minutos, o cuando las hortalizas estén tiernas, retira del fuego.
- Pon todo en el vaso de la batidora, añade el queso crema si vas a usarlo y tritura hasta conseguir una mezcla homogénea.
- Ponlo en un plato y cuando esté tibio… ¡A disfrutar de esta delicia!
Trucos y consejos
- Puedes sustituir el puerro por media cebolla y el calabacín por calabaza.
- A veces es necesario añadir más agua durante la cocción, si ves que se evapora muy rápido.
- Puedes añadir sal al gusto, recuerda retirar la ración que sea para el bebé antes de hacerlo.
- Si sobra, puedes guardarlo en un recipiente en la nevera unos 2 ó 3 días o congelarlo.