Estos muslos de pollo son una receta súper sabrosa que siempre gusta a los peques y puedes hacer sin mucho esfuerzo, porque trabaja el horno. ¡En cuanto detecten el delicioso aroma que sale del horno correrán a la mesa!
Cómo hacer muslos de pollo asados
- Precalienta el horno a 200º C.
- Pela la cebolla y córtala en aros finos. Coloca los aros cubriendo el fondo de una fuente apta para horno (de metal o de cristal). Parte los dientes de ajo por la mitad y distribúyelos por la fuente.
- En un cuenco o vaso echa el romero, tomillo, el aceite de oliva y 50 ml de agua. Remueve bien para que se mezcle todo.
- Lava las patatas y córtalas por la mitad, o en rodajas si no son muy pequeñas.
- Coloca los muslos de pollo en la fuente de horno sobre la cebolla. Coloca las patatas en los huecos entre los muslos. Echa por encima poco a poco la mezcla anterior, de manera que moje la carne y patatas y el resto caiga en la fuente.
- Hornea unos 40 minutos a 200ºC en la bandeja del medio, con calor arriba y abajo (sin aire caliente para no resecar el pollo). Durante el horneado abre de vez en cuando, con una cuchara recoge el jugo que hay en la fuente y riega los muslos y patatas. Ten cuidado de no quemarte.
- Cuando la carne y las patatas estén hechas apaga el horno y saca la fuente. Sirve en cada plato un muslo con patatas, cebolla y un poco de salsa ¡A disfrutar!
Trucos y consejos
- Para los bebés de la casa retira toda la carne del hueso, córtala en trocitos con unas tijeras y mézclala con la patata machacada con un tenedor.
- En lugar de patatas puedes asar otras verduras como guarnición: pimientos, calabacín, manzana, etc.
- El tomillo y el romero se pueden sustituir por hierbas provenzales, salvia, clavo, pimentón, mezcla sazonadora de pollo, zumo de limón, etc. O si prefieres puedes hacerlo sin especias, queda más suave.
- El tiempo de horneado dependerá del tamaño de los muslos y las patatas, tienes que estar un poco pendiente. Si ves que los muslos ya están hechos pero las patatas aún están duras, sácalos del horno para que no se sequen demasiado y deja las patatas un rato más.
- Es un plato que gusta tanto a los niños que merece la pena hacer muchos (dobla las cantidades de la receta) y comerlos varios días. Aguantan entre 3 y 4 días bien conservados en la nevera.
