A los peques les encanta el chocolate. Bueno, y a los mayores también 😉. No se pueden comer todos los días pero si haces tus propios bombones en casa al menos puedes controlar la calidad del chocolate y la cantidad de azúcar que llevan.
A los niños les encanta ayudar a preparar esta receta, si tienes cuidado de que no se quemen con el chocolate fundido pueden añadir los rellenos y remover. ¡Pero te avisamos que acabarán pringados de chocolate hasta las pestañas!
Cómo hacer bombones de chocolate
- Trocea el chocolate y ponlo en un recipiente que quepa dentro de un cazo. Llena el cazo con un poco de agua y ponlo a fuego medio para fundir el chocolate lentamente al baño maría.
- Mientras se funde el chocolate prepara los 3 rellenos (o el que vayas a usar). Ralla la cáscara de una naranja o un limón. Con la picadora tritura los frutos secos o machácalos en un mortero. Tritura también con la picadora las frutas desecadas. Reserva cada relleno en un cuenco diferente.
- Vierte el chocolate derretido en los huecos del molde bombones hasta la mitad aproximadamente.
- Coge un par de pizcas de cada relleno y échalo en los huecos con chocolate. Mejor no mezcles rellenos, que unos lleven naranja, otros frutos secos y otros la fruta desecada que hayas escogido.
- Con un palillo remueve un poco cada hueco para que se mezcle el chocolate con los ingredientes.
- Echa el resto del chocolate fundido hasta llenar los huecos del molde. Con papel de cocina limpia un poco el chocolate que habrá quedado por toda la superficie del molde.
- Mete el molde en la nevera por lo menos 2 horas, hasta que el chocolate esté completamente solidificado, para que no se rompan los bombones al desmoldar.
- Desmolda los bombones con cuidado y ¡listos para disfrutar!
Trucos y consejos
- Los bombones aguantan semanas en la nevera, así que merece la pena hacer muchos de golpe.
- ¿Tienes peques que te piden bombones todos los días? Compra un molde para ositos de gominola o en tu molde de bombones llena los huecos a la mitad. Ellos se quedarán contentos porque les das uno cuando lo piden y tú tranquila porque no están comiendo tanto dulce.
- A diferencia de los bombones industriales estos se derriten muy rápido cuando los niños los tienen en la mano. Hay que comerlos rápido.
- Experimenta con tus propios rellenos y descubre los sabores que más le gustan a tus peques.